Calbuco
Cada noche, en cada barrio, en cada comuna de
Santiago, en cada hogar nos damos las buenas noches con el consabido “que
duermas bien”. Fuera, tras la ventana y mucho más allá de lo que suponemos, se
alza el viejo muro de piedra y nieve que aparentemente vela nuestro sueño.
Chile está agobiado por las
malas noticias y me atrevería de decir en todo ámbito… basta revisar los diarios
y ver las noticias en la televisión. Hace muy poco en el norte de Chile miles
de piedras, agua y barro se derrumbó sobre algunas ciudades, devastando todo a
su paso. Se destruyen casas, desaparecen y mueren personas. No hay alimentos y
el problema sanitario se empeora cada día. Los damnificados ruegan…
que no les olviden.
Pero la noticia inevitablemente se añeja con los avatares de la política que
sufre su propio e inesperado terremoto. Sacudieron la alfombra con demasiada
fuerza y tanto los muertos ajenos y los propios quedaron al descubierto y ahora…
buscan acuerdos para volver enterrarlos sin que quede rastro alguno. Arreglin,
transaca, le llaman. Pero también esta seudocatastrofe se ve opacada por la
erupción del volcán Calbuco cuya pluma de kilómetros de altura por unos
instantes se convierte en una mujer. Una mujer. La pachamama que reclama sus
derechos atropellados, opinan algunos. En chile se dice que hay más de 2.900
volcanes y que de ellos 80 están activos. Pero es curioso eso de estar activos.
Está activo si la última erupción fue por lo menos 8.000 años atrás. Se puede
decir entonces con toda tranquilidad de antes de Cristo. Pero, indican, si
despierta uno más antiguo aún considerado inactivo las consecuencias serían
desastrosas. Entonces tenemos que en Marzo de este año, es decir, ayer, El volcán
Villlarrica hiso erupción causando la evacuación de Villarrica, Pucón y Coñaripe
con todo el estrago que eso significa. Sin embargo Calbuco estaba al aguaite y un mes después, Abril, y
sin misericordia se elevó a 7 mil metros de altura y según dicen ya las cenizas
están en Brasil. Al parecer el planeta está sufriendo un feroz resfriado con
vista a pasar a una neumonía severa. Pero todo esto ha destapado zonas oscuras
y que pocos conocen o nos olvidamos de ellas. Las fallas geológicas. Unas
solapadas amigas que en vez de elevarse imponentes y desafiantes se esconden
cual animal esperando su presa. “Posiblemente, se comenta, exista una correlación
entre la erupción del Villarrica y el Calbuco por medio de la falla geológica
de Liquiñe-Ofqui” Puede ser, porque… quién sabe a ciencia cierta cómo se distribuye
todos estos laberintos ardientes bajo la cordillera. Pero consciente o no, una
de ellas, cual demonio silente duerme junto a nuestra cama al oriente de la
ciudad de Santiago y que, sin embargo, no podemos desconocer su existencia. La fallade San Ramón. Las distancias en estos mega eventos se hacen dramaticamente
relativas y aunque estemos a kilómetros de distancia, en verdad las buenas
noches nos las damos prácticamente sobre ella. Una falla de 45 kilómetros de
largo y por su poca profundidad su activación sería un desastre total, subrayan
los expertos, incluso internacionales. Es grande la población establecida en
ese lugar, incluido un reactor nuclear de una las universidades del país. ¿Qué
haremos a partir de hoy que nos anuncian que está activa y en condiciones de
producir terremotos muy destructivos? Y
lo peor que siempre las precisiones son imprecisas y eso no da ninguna seguridad.
De acuerdo a estudios se han producidos cuatro terremotos en 450 años. Santiago 1575 epicentro falla San
Ramón. Santiago, 1647. Santiago 1850.
Santiago 1945. ¿Y cuándo viene el quinto? ¿Qué día, qué hora? No lo sabemos y
no lo sabremos nunca. Y qué podríamos hacer si todo sucederá aquí mismo. ¿Se
puede hacer algo? ¿Juntar agua y alimentos y acondicionar la casa para que resista
lo que más pueda? ¿Qué piensa usted?
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