En
medicina cuando un elemento como puede ser una astilla o un pequeño trozo de vidrio
se introduce en el cuerpo se le llama cuerpo extraño y el organismo al sentir
su presencia comienza a combatirlo.
Todo es extraño si no pertenece al
cuerpo, incluyendo a bacterias, parásitos
y los traidores virus. Los virus que se esconden donde los defensores no
pueden “disparar” por decirlo de alguna manera. No se puede atacar a un célula
sana aunque, ahí adentro, este agazapado el enemigo.
Chile
tiene una zona donde se instaló un cuerpo extraño y esta zona se llama Araucanía.
Una zona hermosa y muy valorada, sin embargo el gobierno no quiere darse por
enterado de este cuerpo extraño y prefiere tomarlo como algo local, tal como podría
serlo una huelga o una protesta y se niega intencionalmente a atacarlo aunque éste ya está haciendo estragos. Ya no hay presencia real de la autoridad
nacional en esa zona – podemos fingir que la hay, enviando un grupo de
carabineros sin poder de acción alguna. Una burla.
Hace poco a
un fugado de la justicia se nos mostró por medio de un video yendo a caballo en
medio de la vegetación cordillerana junto a otros tres individuos. Todos
excelentemente ataviados para soportar el frio de la nieve. Lo curioso es que
las tomas fueron hechas desde insólitos puntos y de tal calidad… que dejarían pálida a
la National Geografic, nos hablan de una tecnología, drones de última generación
y cámaras de alta resolución, que no podría tener “un pueblo pobre, mal
alimentado, analfabeto, abandonado” como quieren denominar al pueblo
mapuche usando esas consignas para justificar su presencia ahí.
No, ahí se
está incubando algo muy peligroso y fuerte. Un cuerpo extraño a todas luces y
que ya está causando estragos, creando miedo a la población y en momentos…
terror.
Aparte de
los cientos de incendios, quema de casas… incluso de los propios mapuches,
asesinatos, ataques a carabineros, quema de camiones y… en estos casos existe
algo muy decidor. Estos camiones son rodeados por lo menos por quince personas encapuchadas
e intimidando a los choferes les hacen bajar de ellos para después quemar los vehículos,
pero sin una palabra intercambiada entre ellos, solo señales. ¿Qué se oculta en
este silencio? ¿Argentinos, bolivianos, chilenos, peruanos, colombianos? Uno esperaría
escuchar el mapudungun como sería lógico.
Aquí hay dos
historias. Una común y corriente. Un pueblo superior conquista a otro. Una
hecho repetido desde el comienzo de la historia humana. La otra, el pueblo
conquistador reconoce la pertenencia de tierras al vencido y por medio de documentos
se le hace entrega de ellos. Se les devuelve, posiblemente nunca todo será lo
mismo, la guerra destruye hasta los recuerdos, sin embargo recuperan algo que podrían
haber perdido para siempre. Pero aquí viene lo que marca la diferencia. Lo
vuelven a perder, pero esta vez no con violencia ni armas sino por medio de la
sonrisa y el alcohol. El mapuche borracho firmaba la venta de sus extensas tierras,
bosque, lagunas, ríos y que el embaucador, ni corto ni perezoso, corría a
inscribir legalmente, obviamente ayudado por los administrativos de las
oficinas que recibían también su parte de la estafa y que sabían claramente que
nadie vendería sus tierras por dos botellas de vinos o barriles. Podríamos pensar
que el natural despertaba al otro día sin tierras, pero me inclino a pensar que
se le mantenía embrutecido para siempre. El vino era barato. Y más adelante la familia
del borracho era sacada a punta balas y perros de sus viviendas y tierras. Ya
no eran dueños.
Me imagino
que este afán se convirtió en deporte… “quitarle
las tierra a los nativos” y del que participaban todos. Y de seguro que esa tierra
era vendida y revendida mil veces más y también dividida otras tantas por
cientos de años y… por lo mismo… cuando un araucano se acerca, hoy dia, a un dueño
huinca y le dice que esa tierra en la que él vive... es de él... me imagino que el dueño actual... queda con la boca abierta... porque los derechos legales de la tierra le han pertenecido
a su familia, ya por enésima generación y tiene los documentos para probarlo.
Esas dos
historias son ciertas. Lo otro es una solo excusa, no es el motivo el lograr la
“emancipación del pueblo mapuche”, que es lo que menos importa, y es usada por
alucinados para enquistarse en una zona estrategica y desde ahí… como lo han hecho
en muchas otras partes… atacar, destruir a mansalva y vivir sus sueños de
poder.
Primero fue
la escusa del gobierno militar, después no les gustó como gobernó la
concertación y ahora aunque la Bachellet viene a cumplir el sueño de Allende… destruir
el país… continúan su avance. Ella mira para otro lado… muchos miran para otro
lado.
Hay un cuerpo
extraño creciendo en medio de Chile y no es el pueblo mapuche. No. Su pobreza
es la misma del chileno del norte, del centro, del sur. Son chilenos. Quieren
las mismas oportunidades que queremos todos los chilenos. Vivienda, educación, caminos,
escuelas, hospitales. Tener las mismas oportunidades para lograr cosa mejores
para sus hijos, conservar su tradición, quieren paz. Pero, tal como al pueblo
boliviano se le ha inculcado desde pequeño que su pobreza es consecuencia de
que no tiene mar, a ellos se le inculcado que todos sus males es culpa del
huinca.
Hay algo
extraño creciendo en la región de la Araucanía usando el nombre de un pueblo
con historia. Pero el recuerdo del año 73 esta activando las alarmas. Creo que
a los cacerolazos que el ministro del interior tildó livianamente de burgueses,
ya se está uniendo a la docenas de camiones incendiados que sus dueños desean
dejar frente a la Moneda (la casa de la presidente que mira hacia otro lado)
como un aviso que Chile, en medio de la noche, tal como un camión se puede
incendiar – de nuevo – rodeado de silenciosos
terroristas encapuchados. Y las noches nacidas de esa forma dejan profundas heridas
y duran demasiado tiempo.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Bienvenido.