martes, 25 de agosto de 2015

Un Cuerpo Extraño


  En medicina cuando un elemento como puede ser una astilla o un pequeño trozo de vidrio se introduce en el cuerpo se le llama cuerpo extraño y el organismo al sentir su presencia comienza a combatirlo.
   Todo es extraño si no pertenece al cuerpo, incluyendo a bacterias, parásitos  y los traidores virus. Los virus que se esconden donde los defensores no pueden “disparar” por decirlo de alguna manera. No se puede atacar a un célula sana aunque, ahí adentro, este agazapado el enemigo.

    Chile tiene una zona donde se instaló un cuerpo extraño y esta zona se llama Araucanía. Una zona hermosa y muy valorada, sin embargo el gobierno no quiere darse por enterado de este cuerpo extraño y prefiere tomarlo como algo local, tal como podría serlo una huelga o una protesta y se niega intencionalmente a atacarlo aunque éste ya está haciendo estragos. Ya no hay presencia real de la autoridad nacional en esa zona – podemos fingir que la hay, enviando un grupo de carabineros sin poder de acción alguna. Una burla.

    Hace poco a un fugado de la justicia se nos mostró por medio de un video yendo a caballo en medio de la vegetación cordillerana junto a otros tres individuos. Todos excelentemente ataviados para soportar el frio de la nieve. Lo curioso es que las tomas fueron hechas desde insólitos puntos y de tal calidad… que dejarían pálida a la National Geografic, nos hablan de una tecnología, drones de última generación y cámaras de alta resolución, que no podría tener “un pueblo pobre, mal alimentado, analfabeto, abandonado” como quieren denominar al pueblo mapuche usando esas consignas para justificar su presencia ahí.
   No, ahí se está incubando algo muy peligroso y fuerte. Un cuerpo extraño a todas luces y que ya está causando estragos, creando miedo a la población y en momentos… terror.
   Aparte de los cientos de incendios, quema de casas… incluso de los propios mapuches, asesinatos, ataques a carabineros, quema de camiones y… en estos casos existe algo muy decidor. Estos camiones son rodeados por lo menos por quince personas encapuchadas e intimidando a los choferes les hacen bajar de ellos para después quemar los vehículos, pero sin una palabra intercambiada entre ellos, solo señales. ¿Qué se oculta en este silencio? ¿Argentinos, bolivianos, chilenos, peruanos, colombianos? Uno esperaría escuchar el mapudungun como sería lógico.
  Aquí hay dos historias. Una común y corriente. Un pueblo superior conquista a otro. Una hecho repetido desde el comienzo de la historia humana. La otra, el pueblo conquistador reconoce la pertenencia de tierras al vencido y por medio de documentos se le hace entrega de ellos. Se les devuelve, posiblemente nunca todo será lo mismo, la guerra destruye hasta los recuerdos, sin embargo recuperan algo que podrían haber perdido para siempre. Pero aquí viene lo que marca la diferencia. Lo vuelven a perder, pero esta vez no con violencia ni armas sino por medio de la sonrisa y el alcohol. El mapuche borracho firmaba la venta de sus extensas tierras, bosque, lagunas, ríos y que el embaucador, ni corto ni perezoso, corría a inscribir legalmente, obviamente ayudado por los administrativos de las oficinas que recibían también su parte de la estafa y que sabían claramente que nadie vendería sus tierras por dos botellas de vinos o barriles. Podríamos pensar que el natural despertaba al otro día sin tierras, pero me inclino a pensar que se le mantenía embrutecido para siempre. El vino era barato. Y más adelante la familia del borracho era sacada a punta balas y perros de sus viviendas y tierras. Ya no eran dueños.
    Me imagino que este afán se convirtió en deporte…  “quitarle las tierra a los nativos” y del que participaban todos. Y de seguro que esa tierra era vendida y revendida mil veces más y también dividida otras tantas por cientos de años y… por lo mismo… cuando un araucano se acerca, hoy dia, a un dueño huinca y le dice que esa tierra en la que él vive... es de él... me imagino que el dueño actual... queda con la boca abierta... porque los derechos legales de la tierra le han pertenecido a su familia, ya por enésima generación y tiene los documentos para probarlo.
    Esas dos historias son ciertas. Lo otro es una solo excusa, no es el motivo el lograr la “emancipación del pueblo mapuche”, que es lo que menos importa, y es usada por alucinados para enquistarse en una zona estrategica y desde ahí… como lo han hecho en muchas otras partes… atacar, destruir a mansalva y vivir sus sueños de poder.
  Primero fue la escusa del gobierno militar, después no les gustó como gobernó la concertación y ahora aunque la Bachellet viene a cumplir el sueño de Allende… destruir el país… continúan su avance. Ella mira para otro lado… muchos miran para otro lado.
 Hay un cuerpo extraño creciendo en medio de Chile y no es el pueblo mapuche. No. Su pobreza es la misma del chileno del norte, del centro, del sur. Son chilenos. Quieren las mismas oportunidades que queremos todos los chilenos. Vivienda, educación, caminos, escuelas, hospitales. Tener las mismas oportunidades para lograr cosa mejores para sus hijos, conservar su tradición, quieren paz. Pero, tal como al pueblo boliviano se le ha inculcado desde pequeño que su pobreza es consecuencia de que no tiene mar, a ellos se le inculcado que todos sus males es culpa del huinca.
  Hay algo extraño creciendo en la región de la Araucanía usando el nombre de un pueblo con historia. Pero el recuerdo del año 73 esta activando las alarmas. Creo que a los cacerolazos que el ministro del interior tildó livianamente de burgueses, ya se está uniendo a la docenas de camiones incendiados que sus dueños desean dejar frente a la Moneda (la casa de la presidente que mira hacia otro lado) como un aviso que Chile, en medio de la noche, tal como un camión se puede incendiar – de nuevo –  rodeado de silenciosos terroristas encapuchados. Y las noches nacidas de esa forma dejan profundas heridas y duran demasiado tiempo.

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Novelesca versiçon








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