El libro virtual, el e-books, era nuestra herramienta salvadora cuando
el mundo la rechazaba diciendo incluso que podía causar enfermedad leerlos en
los tablet. La autoedición, años atrás, era el hijo pobre del quehacer editorial.
Sin embargo la tecnología nos daba la
mano a los marginados de las editoriales. Y digo marginados porque al llevar mi
primera novela a una editorial, me hicieron firmar una paupérrima ficha de
autor, una sola hoja y fotocopiada. Y dentro de las supuestas normas estaba...
la posibilidad cierta, no me cabe duda, del rechazo y en tal caso, se indicaba que la copia presentada seria destruida. Como padre del escrito, sentí que me fusilaban y olvidando todo lo que podría significar una aceptación, retiré mi trabajo. ¿Destruir algo que me costó años, aunque fuera una copia? No. ¿Y quién me aseguraba que la destruirían de verdad y que no iba a ser usada con otro nombre como autor? Situación que me cortó las alas para continuar intentándolo, posiblemente mi desconfianza fue más fuerte que mi optimismo.Y la verdad es que aquí las posibilidades son escasas y solo con pitutos y compadres se logra publicar y también haciendo una considerable inversión. Entonces fijé la mirada en las recientes y emergentes editoriales on line como por ejemplo Lulu donde publiqué mi primera novela. Al mismo tiempo comencé a informarme sobre este tipo de autopublicación y constaté que el desprecio hacia este tipo de publicación y hacia los que publicaban era muy marcado. Todavía no se masificaba el tablet y no tenían la cantidad de recursos que contienen hoy. Y nadie leía un libro en el computador. Entre las despectivas voces estaban los autores consagrados… por las editoriales, lógico y para muestra, nadie sabe como un bodrio como “Las 50 sombras de Grey” ha podido vender al menos hasta el año pasado más de quince millones de copia. En el horizonte apareció Bubok para tener una alternativa en español aparte que los precios de los libros y e-books en Lulu se elevaron considerablemente. Pero hoy día ya todo es distinto y eso lo percibieron los que antes eran reticentes. A tal punto que no demoraron en participar alegremente en esta nueva oportunidad, como en el caso de J.k.Rowling y declarar abiertamente que la autoedición es hoy día una gran posibilidad. Sin embargo la diferencia que nos separa continua, sigue vigente. Es solo un cambio en su estrategia porque llevando toda la fuerza de su éxito, la autoedición solo será otra herramientas que se entregará a ellos sin reticencias porque la posibilidad de vender con estos autores es cierta y real, aunque sean 00,6 euros por e-books. Ya mataron su trigrito como dicen en Venezuela, mientras nosotros todavía andamos tras su huella.
la posibilidad cierta, no me cabe duda, del rechazo y en tal caso, se indicaba que la copia presentada seria destruida. Como padre del escrito, sentí que me fusilaban y olvidando todo lo que podría significar una aceptación, retiré mi trabajo. ¿Destruir algo que me costó años, aunque fuera una copia? No. ¿Y quién me aseguraba que la destruirían de verdad y que no iba a ser usada con otro nombre como autor? Situación que me cortó las alas para continuar intentándolo, posiblemente mi desconfianza fue más fuerte que mi optimismo.Y la verdad es que aquí las posibilidades son escasas y solo con pitutos y compadres se logra publicar y también haciendo una considerable inversión. Entonces fijé la mirada en las recientes y emergentes editoriales on line como por ejemplo Lulu donde publiqué mi primera novela. Al mismo tiempo comencé a informarme sobre este tipo de autopublicación y constaté que el desprecio hacia este tipo de publicación y hacia los que publicaban era muy marcado. Todavía no se masificaba el tablet y no tenían la cantidad de recursos que contienen hoy. Y nadie leía un libro en el computador. Entre las despectivas voces estaban los autores consagrados… por las editoriales, lógico y para muestra, nadie sabe como un bodrio como “Las 50 sombras de Grey” ha podido vender al menos hasta el año pasado más de quince millones de copia. En el horizonte apareció Bubok para tener una alternativa en español aparte que los precios de los libros y e-books en Lulu se elevaron considerablemente. Pero hoy día ya todo es distinto y eso lo percibieron los que antes eran reticentes. A tal punto que no demoraron en participar alegremente en esta nueva oportunidad, como en el caso de J.k.Rowling y declarar abiertamente que la autoedición es hoy día una gran posibilidad. Sin embargo la diferencia que nos separa continua, sigue vigente. Es solo un cambio en su estrategia porque llevando toda la fuerza de su éxito, la autoedición solo será otra herramientas que se entregará a ellos sin reticencias porque la posibilidad de vender con estos autores es cierta y real, aunque sean 00,6 euros por e-books. Ya mataron su trigrito como dicen en Venezuela, mientras nosotros todavía andamos tras su huella.
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