domingo, 15 de marzo de 2015

La Felicidad Está Un Paso Más Acá.






                             Chile es solo Chile para nosotros. Pienso que de alguna manera es lo que sienten todos los extranjeros de sus países. Algo hastiado de lo malo que existe y el creer por generaciones que lo demás allá es infinitamente mejor y brillante. Un cuento de hadas.  Sin embargo no es así. Una sobrina que lleva solo unos día en EEUU, ya su Chile es “mi chilito” y cuenta las días para volver. Mi madre ya fallecida, años atrás fue Australia a ver a su hijo ingrato y de seguro a maravillarse de eso nuevo que vería por primera vez ya tenía casi ochenta años. Disfrutó del viaje como una niña pequeña, sus ojos eran… cámaras grabando todo en su mente, todo… pero todo…

         lo que vio, escuchó, olió. Quedo embelesada con el tono de hablar y la forma de ser de las auxiliares argentinas. “Che, querís vos algo para tomar”. También cacto todo lo que implica ir dentro de un aparato elevado a más ocho mil metros de altura. Sintió que caían piedras sobre el techo, también como se hundía como su hubiera un “evento en el camino” y también al ver correr, las que hace unos segundos seguras auxiliares, a sus asientos demostrando así que habían situaciones serias. Mi madre admiraba a la gente linda. Ella admiraba ese natural ser que se expone sin tapujo ni vergüenza tal como un cisne. No sería lógico detestar a los lirios o rosas por su hermosura. La maldad va por dentro y para eso no se necesita ser linda ni fea se necesita tener el alma negra. En fin… cumplió su deseo y por fin… una noche en el aeropuerto el avión se elevó no sin antes carretear, llevándose a mi madre, convirtiéndose pronto en un punto luminoso que desapareció, allá, arriba. Pienso que la muerte debería ser así. Así simple... un día alguien se vuelve luminoso y que con una sonrisa inundando su rostro se eleva sin miedo hasta perderse entre las estrellas… sin embargo la cosa no así y será siempre igual… pudrirnos adentro de un cajón. Sin embargo algo de eso está en la cremación… por un momento antes de volver al todo, es decir las cenizas, y tras soltarlas una pequeña ave plomiza da vueltas llevada por el viento como una despedida antes comenzar a disgregarse hasta que solo quedan, acá, abajo, en este valle de lágrimas, un montón de ojos húmedos fijos en el cielo. Seguro que ante un avión de ese tamaño, un monstruo perfecto, la gente del siglo XII diría magia. Yo también sentí que era mágico ese momento. Magia también sería que los hermanos W… pudieran ver este hermoso pájaro brillante que tras un esfuerzo inicial y que esa mole, ese imposible, antes sus ojos asombrados y sin duda asustados, se elevará como una pluma perdiéndose entre las constelaciones lejanas. Alba centauro, la Osa Mayor. No lo creerían de seguro. Lo suyo era solo madera y trapo y un motorcillo arcaico. Bueno… entonces mi sobrina tiene cara de echar de menos su tierra y mi madre por su parte, supuestamente embelesada por lo canguros y las supuestas cosas que dicen que hay por allá… volvió, pero creo que por primera vez supo que ella tenía una patria, una tierra, una casa, una familia. Que era chilena de corazón.  Nada nos contó, aunque insistíamos, solo quería desde el primer día juntarnos a todos y armar un asado a la chilena y si es posible bailar cueca. ¿Y de Australia? Vaya usted a saber. Hoy, mi cuñada dice mi hija esta triste mirándola en la pantalla. Esa no su cara cuando está alegre murmura. Bueno digo yo, tal como mi madre y muchos más, creyó que el paraíso está al bajar del avión. Es posible que si el colchón de dólares es muy grueso y mullido como para dar saltos sobre él, tal como la hace Farkas con su gritona manera de hacer las cosas. También está el silencioso que apoyado en su colchón inflado de billetes pasea por el mundo entero. Cuando se es capaz de doblegar al mundo pienso que sí, que de alguna manera, se llega a realizar ese sueño de pisar el paraíso... pero hay botones de muestras que nos dicen que no es así… Michael Jackson con toda su fortuna y con el infierno en su cabeza de negro blanco;  Elvis Presley sumido en la drogas; los Beatles buscando la verdad en un santón ignorante en la  India que resultó ser más falso que el que dice que felicidad está un paso más allá. Creo que la felicidad está un paso más acá. Pero esta madre mía, constructora de sueños y hechos, como topo persistente y audaz pudo pero no logró - como siempre digo “sus sueños fueron más grandes que sus realidades” -  formar una vida cómoda y con sus lujos agregados, pero muchas veces nuestra propia forma de ser nos juega en contra. Tantas cosas que si en algún momento pudiéramos dejar de lado nos darían la posibilidad de ver el camino hacia un futuro feliz y tranquilo. Pero enredaderas somos y no entendemos ni nosotros mismos ese revoltijo de guías. Bueno entonces mi sobrina está, de alguna manera, puede ser que no sea así… viviendo lo que vio mi madre que después nos contó que esos países son tristes. Solos, Vacios. Ordenados. Y que de alguna manera su hijo y sus nietas habían tomada la misma actitud. Distantes. Hablando en inglés idioma que mi madre desconocía por completo. En fin todos salían muy temprano y regresaban muy tarde y ella encerrada en un departamento. Yo no fui a eso, decía con una sonrisa maliciosa. El mundo está muy ocupado para poner atención en ti. Y regresó a bailar cueca y estoy seguro que mi sobrina hará lo mismo… regresará gozosa a su clínica dental y a la parcela con su siembra de alfalfa a donde siempre acude con un sombrero de huasa que le sienta muy. Entonces es simple… la felicidad no está un paso más allá, si no uno más acá. Pero esto no significa que no tengamos derecho a soñar. Porque la vida en si, es solo un sueño como nos dice Unamuno. 

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Muchas gracias a todos.



Pateando mi casa.






Con el enemigo en la mente

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