El calor ha
subido el mercurio como loco. Los pastos ahítos de agua pierden su color y
encanecen convirtiéndose en verdaderas bombas de tiempo. Una chispa, un vidrio
reflejando un rayo sol sobre la paja, en fin. Combustión espontanea como dicen.
Pero también está el cigarrillo lanzado con
displicencia por la ventanilla de un moderno vehículo y también desde una sencilla
carreta campesina, aunque esta gente de campo sabe que si no cuidan son ellos los
que se van a quemar, a menos que sean activista, y que, como un medio de lucha,
enciendan los mismos árboles que reclaman como suyos. También ha habido casos siquiátrico
como el bombero traidor, si, un bombero...
era el pirómano que hacia trabajar y traspirar a sus colegas. El año pasado desde la comuna donde vivo - que está cerca de las cordillera de los Andes y al interior de un cajón cordillerano y que se ha convertido en un conocido centro turístico por sus variadas posibilidades de distracción que ofrece al va con la intención de pasar un buen rato. Cajón cordillerano que avanza hasta llegar a la frontera con Argentina, no sin antes presentar peligrosas situaciones al que intenta llegar hasta él – como decía desde ahí, mi comuna, vi… como día y noche se quemaban los árboles allá arriba, muy arriba y que se veía todo como una braza ardiente colgando del cielo. Al mantener la vista en ella de pronto se podía ver explotar llamaradas que se elevaban para morir en unos instantes. Era un árbol más y de los grandes, inflamándose como una mota de algodón empapado en gasolina; uno de los sabios que dentro de su madera llevaba una memoria que de poder leerla nos contaría una larga historia de esos lugares; un gigante que caía en un abrazo mortal. Hoy hay incendios en el sur y en el centro del país, siempre con la duda de cómo comenzaron. Gente arrancando del incendio. Casas consumidas por las llamas. Sin embargo siempre hay riesgos cuando uno se acerca a la naturaleza de cualquier modo. Muchos se acercan como empresarios en el rubro turísticos e invierten en campings, centro recreacionales, complejos de cabañas. Y ahí están tan tranquilos como si no hubiera nada que temer – aparentemente - a pesar que el demonio rojo y humeante, con o sin intención puede surgir en cualquier momento. ¿Y por qué me tendría que preocupar eso a mí? Muy sencillo… pronto dispondré de un lugar de cerro enclavado en la cordillera de la costa. Un lugar forestal especialmente plantado de pinos. Zona maderera. Y este lugar, que es una meseta plana, es decir la punta del cerro, me ofrece la oportunidad de unirme al gremio de los empresarios turísticos. El intento no va a hacer nada fácil, pero se puede. Siempre he pensado de esa manera. Está el suelo y es un lugar adecuado. El mar a veinte minutos en auto y el rio que corre junto a la carretera que está en muy buenas condiciones. Una playa extensa y un sin número de caletas de pescadores. Un bello lugar. El camino que va a la propiedad es rural rodeado de vegetación y que nos aleja del mundanal ruido tras un corto viaje de solo minutos. Debo decir que la extensión del lugar no me daría la posibilidad de hacer una ciudad ni nada parecido, solo cabañas y piscinas. Así que la exclusividad como a muchos les agrada, estaría garantizada. Ahora… frente a lo que sería el proyecto se levanta una plantación de pinos de gran altura y que realmente me pone nervioso con todas estas noticias tan funestas. Además el hecho de crear un centro así atraerá gente y la gente es algo peligroso para estos ambientes. Pero observó todo lo que existe: camping perdidos en el follaje donde la gente prende su quincho y cocinan. Y no uno solo sino una gran cantidad de ellos. Bastaría que un viento se levantara con gran intensidad y lanzaría esas bombas incendiaras sobre todo lo que lo rodera. Pero… veo que a nadie le preocupa. A lo mejor la clave es no preocuparse si no ocuparse. Creo que ser empresario es no tener miedo al riesgo. El taxista en cada esquina puede ser chocado o chocar también ser asaltado por el pasajero de turno. Los expendios de bebidas alcohólicas por los ebrios, las farmacias por los drogadictos. El empresario que instala sus oficinas el piso cincuenta de un edificio administrativo debe olvidar a la fuerza que tenemos terremotos de grado ocho o más. Riesgo. En fin la belleza del entorno que un plus para la empresa puede convertirse en una infierno en un dos por tres. Entonces… ¿Qué podemos hacer? Primero tener un lugar donde guarecerse o esconderse y que el fuego no nos afecte. En todo caso éste pasaría por sobre nosotros como un torbellino alejándose a prisa. Recuerden que estamos en altura y el viento lleva al fuego a mil Kilómetros por hora. Segundo, tener sistemas de aviso anticipatorio de incendio para intentar amortiguar en algo el ataque y que nos dé tiempo para refugiarnos. Y tercero y fundamental… que el incendio no lo provoquemos nosotros, porque la demanda judicial sería colosal, por daños y perjuicios a las otras propiedades especialmente los plantíos de pino, inmensos recursos madereros avaluados en cantidades inimaginables de pesos. En todo caso es posible controlar lo que está bajo nuestra responsabilidad y de pasar… seria solo negligencia… cosa muy recurrente lo que no hay que olvidar... nunca. Entonces la primera tarea es vencer los miedos. Miedo a que el proyecto no funciones, no prospere, miedo al fracaso y a la banca rota. Y especialmente a este binomio que está afectando a todos esos bellos lugares… calor y fuego. Desastre.
era el pirómano que hacia trabajar y traspirar a sus colegas. El año pasado desde la comuna donde vivo - que está cerca de las cordillera de los Andes y al interior de un cajón cordillerano y que se ha convertido en un conocido centro turístico por sus variadas posibilidades de distracción que ofrece al va con la intención de pasar un buen rato. Cajón cordillerano que avanza hasta llegar a la frontera con Argentina, no sin antes presentar peligrosas situaciones al que intenta llegar hasta él – como decía desde ahí, mi comuna, vi… como día y noche se quemaban los árboles allá arriba, muy arriba y que se veía todo como una braza ardiente colgando del cielo. Al mantener la vista en ella de pronto se podía ver explotar llamaradas que se elevaban para morir en unos instantes. Era un árbol más y de los grandes, inflamándose como una mota de algodón empapado en gasolina; uno de los sabios que dentro de su madera llevaba una memoria que de poder leerla nos contaría una larga historia de esos lugares; un gigante que caía en un abrazo mortal. Hoy hay incendios en el sur y en el centro del país, siempre con la duda de cómo comenzaron. Gente arrancando del incendio. Casas consumidas por las llamas. Sin embargo siempre hay riesgos cuando uno se acerca a la naturaleza de cualquier modo. Muchos se acercan como empresarios en el rubro turísticos e invierten en campings, centro recreacionales, complejos de cabañas. Y ahí están tan tranquilos como si no hubiera nada que temer – aparentemente - a pesar que el demonio rojo y humeante, con o sin intención puede surgir en cualquier momento. ¿Y por qué me tendría que preocupar eso a mí? Muy sencillo… pronto dispondré de un lugar de cerro enclavado en la cordillera de la costa. Un lugar forestal especialmente plantado de pinos. Zona maderera. Y este lugar, que es una meseta plana, es decir la punta del cerro, me ofrece la oportunidad de unirme al gremio de los empresarios turísticos. El intento no va a hacer nada fácil, pero se puede. Siempre he pensado de esa manera. Está el suelo y es un lugar adecuado. El mar a veinte minutos en auto y el rio que corre junto a la carretera que está en muy buenas condiciones. Una playa extensa y un sin número de caletas de pescadores. Un bello lugar. El camino que va a la propiedad es rural rodeado de vegetación y que nos aleja del mundanal ruido tras un corto viaje de solo minutos. Debo decir que la extensión del lugar no me daría la posibilidad de hacer una ciudad ni nada parecido, solo cabañas y piscinas. Así que la exclusividad como a muchos les agrada, estaría garantizada. Ahora… frente a lo que sería el proyecto se levanta una plantación de pinos de gran altura y que realmente me pone nervioso con todas estas noticias tan funestas. Además el hecho de crear un centro así atraerá gente y la gente es algo peligroso para estos ambientes. Pero observó todo lo que existe: camping perdidos en el follaje donde la gente prende su quincho y cocinan. Y no uno solo sino una gran cantidad de ellos. Bastaría que un viento se levantara con gran intensidad y lanzaría esas bombas incendiaras sobre todo lo que lo rodera. Pero… veo que a nadie le preocupa. A lo mejor la clave es no preocuparse si no ocuparse. Creo que ser empresario es no tener miedo al riesgo. El taxista en cada esquina puede ser chocado o chocar también ser asaltado por el pasajero de turno. Los expendios de bebidas alcohólicas por los ebrios, las farmacias por los drogadictos. El empresario que instala sus oficinas el piso cincuenta de un edificio administrativo debe olvidar a la fuerza que tenemos terremotos de grado ocho o más. Riesgo. En fin la belleza del entorno que un plus para la empresa puede convertirse en una infierno en un dos por tres. Entonces… ¿Qué podemos hacer? Primero tener un lugar donde guarecerse o esconderse y que el fuego no nos afecte. En todo caso éste pasaría por sobre nosotros como un torbellino alejándose a prisa. Recuerden que estamos en altura y el viento lleva al fuego a mil Kilómetros por hora. Segundo, tener sistemas de aviso anticipatorio de incendio para intentar amortiguar en algo el ataque y que nos dé tiempo para refugiarnos. Y tercero y fundamental… que el incendio no lo provoquemos nosotros, porque la demanda judicial sería colosal, por daños y perjuicios a las otras propiedades especialmente los plantíos de pino, inmensos recursos madereros avaluados en cantidades inimaginables de pesos. En todo caso es posible controlar lo que está bajo nuestra responsabilidad y de pasar… seria solo negligencia… cosa muy recurrente lo que no hay que olvidar... nunca. Entonces la primera tarea es vencer los miedos. Miedo a que el proyecto no funciones, no prospere, miedo al fracaso y a la banca rota. Y especialmente a este binomio que está afectando a todos esos bellos lugares… calor y fuego. Desastre.
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