Extraño título ¿verdad? Pero es simple, porque una verdadera catástrofe que cayó sobre el santiaguino de a píe, y solo el podrá sentir, entender y contar como le afectó, un verano por allá en los principios de siglo. Suena lejano pero no, está a la vuelta de la esquina. Es decir, todavía tenemos el problema pendiente.
El Transantiago, el bendito sistema de transporte que reemplazó a las máquinas amarillas o sistema antiguo. Ha pasado mucha agua y dinero, demasiado pienso yo, bajo el puente y se han dado muchas versiones sobre el asunto o la cuestión. Políticos, economistas, la iglesia, los gremios de trabajadores, de profesores, médicos, los estudiantes, en fin todos han tenido algo que decir, pero faltaba
algo o alguien que diera su especial punto de vista. Alguien que debería ir más allá del simple hecho y revivirlo con magia e imaginación. El escritor. Si. Pero la semana pasada, al revisar la lista de libros editados en la semana en Bubok y me llevé una sorpresa que me hiso sonreír de inmediato. ¿Cómo no? Si vivo en Santiago. Un titulo “ El Transantiguito enchulado”. Sonrió. Yo también en su momento. Como no saber de que se trata de inmediato, así, casi sin pensarlo. Un canario imaginativo, como se autodenomina el autor de esta historia, nos entrega éste breve escrito relatado por un autobús del transporte fenecido. Una vieja micro que se las empeña para pararse, a toda honra, frente a toda esa flota verdosa que inunda las principales avenidas del aporreado Santiago y volver a salir a las viejas calles tan conocidas para él. Ahora la intención de este canario autor no esta clara para mi, no buscó portada adecuada para el relato, aunque éste está muy bien redactado y corregido. Bueno algún detalle tendrá. Entonces para hacerla fácil les dejo el link para este corto pero vigoroso vistazo a un sistema de transporte todavía muy complicado.
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