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| Link a la novela Tomo I |
Dicen que somos los únicos que soñamos a pesar que el perro de mi infancia soñaba de lo lindo, gruñía, corría arrastrando sus patas sobre los gastados ladrillos del viejo corredor de casa de campo. Soñaba y eso nos divertía como niños que éramos. Pero soñar despierto creo que eso mi perro no lo hiso. No. Creo que eso es nuestro. Caminamos calles y calles sumidos en nuestros... sueños... bajamos al metro y aferrados al reluciente tubo metálico hundimos la mirada hacia nuestro interior y tal estatua de cera nos dejamos llevar por el vaivén del tren. Y bueno, debo contar que mi sueño que recorrió las lineas uno y dos y tres y todas las demás, ya se está concretando. Antes fue batido por las micros amarillas y antes por las de todos los colores. La Central Ovalle. La Carrascal y la emperifollada Vitacura las Condes que partía de la... Quinta Normal. Creo que llevaba las asesoras del hogar. Gran idea. Como digo, mi sueño se zarandeó en todas esas moles de metal. El ser escritor, y debo decir que escribí mucho tiempo y tanto que ya tengo una web a punto. Novela es mi fuerte... me siento cómodo en ese género. Pero debo reconocer que últimamente una pregunta se zarandea en mis viajes. ¿Valió la pena? Buena pregunta. Y si... lo valió, porque todo lo escrito antes no existía. Soy el padre de mis sueños que se han hecho realidad. Obvio que en autoedición porque el asunto de las editoriales es otro cuento... o mejor una novela trágica, cómica, de terror, policíaca, de intriga como la mejor. Y conste que solo asomé mi nariz por ahí y no me gustó el olor. Ahora les digo que pronto voy dejar por aquí mi dirección web por si alguien pasa alguna vez por esta esquina.
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